Una vez terminada la cocción colamos el líquido y le añadimos el azúcar, los durazno, los guindones, la carne de la piña y el durazno seco, todo cortado en en trozos pequeños. Volvemos a colocar la olla a fuego lento y la mantendremos como unos 20 minutos.
Ahora disolvemos la harina de chuño en el agua fría de piña, la añadimos a la fruta caliente removiendo bien por unos 10 minutos, hasta que quede espesito. Añadir el jugo de limón y mantener al fuego otros 5 minutos. Retirar del fuego y servir espolvoreado con la canela molida.
Este postre parece ser una mezcla entre un preprado de maiz amarillo de los Incas que se fusionó con las especias y frutas traídos por los españoles desde Europa. Es uno de los postres favoritos en Lima, y si lo acompañamos con arroz con leche tendremos la mezcla perfecta.